







Premio «Cacau d’Or», el bar l’Institut es, nunca mejor dicho, una institución en el ámbito del esmorzar valenciano. Con la dirección (casi coreografía) de Vicent, el dueño y señor, tienen una carta interminable de posibilidades de bocatas. Desde el más sencillo hasta verdaderas elaboraciones que uno no suele encontrar en las rutas por los almuerzos de estas tierras. Se atreven con diferentes carnes, cocinados y texturas, mezclan ingredientes que ni se te habrían pasado por la cabeza… Puedes disfrutar de sus bocadillos en tres tamaños: el normal (que ya tiene su buena talla, oiga), el top y el XL; poco más que explicar al respecto, ¿verdad? Además de los entrepanes, no hay que dejar de probar sus tapas. El morro y el rabo frito son un puro vicio.
Como consejo diré que más vale reservar y, aun así, que hay que armarse de paciencia: siempre está lleno y los camareros (y el propio Vicent) suelen ir de culo tomando comandas y sirviendo las mesas. Sin duda, l’Institut es un must del esmorzaret valencià.