Si unos buenos amigos (qué digo buenos: ¡magníficos!) te invitan a un restaurante con su estrella Michelin, pues qué vas a hacer. Vas. Y una vez allí, disfrutas de la comida, de la bebida, del trato, del servicio… De todo lo bueno que te ofrecen.

El restaurante del hotel (de cinco estrellas, ahí es ná) Villa Retiro se ha ganado a pulso su estrella. El chef Fran López se sale con su propuesta de recorrido histórico de las tierras del Ebro mediante la gastronomía. Iba a poneros los nombres de los platos y a explayarme con mis profundísimas opiniones sobre lo que comí, pero, francamente, no me apetece. Simplemente diré que disfruté de lo lindo, comí de maravilla y me llevé más de una sorpresa agradable.

Así que si podéis permitíroslo, no lo dudéis: id y disfrutad. Sin más.